This is an authorized translation of an Eos article. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos.
Ni siquiera las aguas gélidas y remotas de la Antártica son un refugio contra la acidificación del océano. De acuerdo a estudios recientes, la acidez en algunos lugares en el océano alrededor de la Antártica pueden llegar a duplicarse a finales del siglo comparado con los niveles registrados durante 1990. Incluso si las emisiones no continúan aumentando abruptamente, es probable que la acidificación del océano sea significativamente mayor en la plataforma Antártica de lo que es hoy en día, poniendo en riesgo muchos de los organismos que viven ahí.
Cuando las aguas oceánicas absorben dióxido de carbono (CO2), sus niveles de pH disminuyen, esto quiere decir que la acidez aumenta. Aunque la acidificación de los océanos se considera una amenaza a los cuerpos de agua a nivel global, aún no hay un consenso científico sobre cómo esto podría afectar las aguas de la plataforma continental Antártica, que en gran parte están cubiertas por enormes capas de hielo. La nueva investigación, publicada en Nature Communications, pinta un panorama poco optimista.
Este nuevo estudio reporta que en tres de los cuatro escenarios de emisiones en la Antártica, “aguas [más acídicas] se esperan casi en todos lados,” menciona co-autora del estudio Cara Nissen, una modeladora de la bioquímica del océano de la Universidad de Boulder Colorado.
Aumento de riesgos para los organismos marinos
Previo a la revolución industrial, el agua del océano tenía un pH alrededor de 8.2. Hoy en día, los océanos alrededor del mundo tienen un valor cerca de 8.1. Puede que este cambio no suene significante, pero representa un incremento en la acidez de aproximadamente 30%. (La escala del pH es logarítmica, esto significa que una disminución de un solo dígito representa un aumento diez veces mayor en los niveles de acidez). Adicionalmente, incluso pequeños cambios pueden tener grandes efectos en criaturas que están adaptadas a un nivel específico de pH.
A medida que aumenta la acidez, los niveles de carbonato de calcio en el agua de mar disminuyen y los organismos marinos que construyen caparazones comienzan a quedarse sin material. A su vez, estas aguas más acídicas empezarán a comerse los caparazones, obligando a los organismos a gastar más energía para mantenerlos.
Los niveles de acidez también pueden afectar a las criaturas sin caparazones, aumentando los niveles de estrés y alterando su ciclo de reproducción y desarrollo, en especial cuando esto se combina con otros factores como aguas más cálidas, contaminación y sobrepesca. Por ejemplo, un estudio de krill Antártico, un componente fundamental de la red trófica oceánica del continente, muestra que el metabolismo aumenta con la acidez. Otro estudio muestra que la combinación del aumento de temperatura y la acidificación daña a los peces dragón en desarrollo de la Antártica.
“Sabemos qué factores de estrés en el ecosistema importan. Y sabemos que la acidificación del océano es uno importante para los organismos,” mencionó Nissen.
La acidez oceánica en camino a un incremento constante
Nissen mencionó que hay una falta de modelos de alta resolución de la acidificación de los océanos alrededor de la Antártica, lo que significa que no hay buenos estimados de los cambios ambientales a los que se podrían enfrentar pronto los frágiles ecosistemas antárticos. En su estudio, Nissen y sus co-autores utilizaron un modelo computacional que simula la biogeoquímica del océano mientras los niveles de CO2 aumentan tanto en el océano abierto como en las áreas cubiertas por hielo marino. El modelo utilizó información del modelo climático de la Fase 6 del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados (CMIP6, por sus siglas en inglés) que sustenta las proyecciones de calentamiento global del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Luego implementaron el modelo utilizando cuatro escenarios diferentes de calentamiento global, cada uno asumiendo diferentes niveles de emisiones de gases de efecto invernadero durante este siglo.
Los autores investigaron específicamente los niveles de acidez en dos áreas marinas protegidas (AMPs) actualmente existentes y tres propuestas de AMPs en Antártica. Las áreas existentes, que cubren más de 1.55 millones de kilómetros cuadrados (600,000 millas cuadradas) de océano alrededor del continente, están protegidas de actividades humanas como lo es la pesca.
Asumiendo el escenario más agresivo de calentamiento global, el pH del océano Antártico puede sufrir una disminución de hasta 0.36 – que es más de 3 veces la disminución de pH desde la revolución industrial.
Asumiendo el escenario más agresivo de calentamiento global, el pH del océano Antártico puede sufrir una disminución de hasta 0.36 – que es más de 3 veces la disminución de pH desde la revolución industrial. Esto incrementa los niveles de acidez a más del doble. Aún bajo escenarios intermedios, el océano alrededor de la Antártica puede estar en el camino hacia un incremento de acidez entre 40% y 80%, dependiendo de la región y los niveles de emisiones. Solo los modelos de proyección con las emisiones más bajas mantienen que el nivel de acidez aumenta a niveles moderados.
“Fue sorprendente hasta para nosotros que incluso los escenarios de emisiones intermedias mostraran un nivel tan pronunciado de acidificación de los océanos en general en la región,” dijo Nissen.
El estudio también resalta que la acidificación de los océanos puede poner a los ecosistemas de la plataforma continental Antártica en un riesgo inherentemente mayor. Esto debido a que las aguas frías y densas alrededor de la Antártica se hunden más fácilmente hacia el suelo marino, moviendo los bajos niveles de pH hacia donde muchos organismos marinos habitan. El agua dulce proveniente del derretimiento del hielo también cuenta con una menor capacidad amortiguadora que el agua del océano, esto significa que sus niveles de acidez son más afectados por la absorción de carbono.
Los nuevos hallazgos parecen disminuir la esperanza de que la plataforma Antártica pueda ser un lugar de refugio, dijo Clara Manno, una ecóloga pelágica marina con el Estudio Antártico Británico que no está afiliado con la investigación. “Esto te dice que [las aguas remotas] no son una ruta de escape,” dijo. “La acidificación del océano”, continua ella, “es muy importante. Está en todas partes.”
Adicionalmente, la velocidad a la que los niveles de acidez aumentan puede ser igual de importante como el tamaño del incremento en cuanto a la salud de los organismos, explicó Manno. Incrementos más rápidos, causados por niveles más altos de CO2 en la atmósfera, complican la habilidad de la vida marina a adaptarse o moverse.
Un llamado a más áreas marinas protegidas
Las enseñanzas de esta investigación están alineadas con las recurrentes recomendaciones para mitigar los impactos del cambio climático. Primero y más importante, mantener bajas emisiones de gases de efecto invernadero es crítico para la salud del océano, dijo Nissen. Proteger los océanos de amenazas como la contaminación y la pesca también puede ayudar a las criaturas a afrontar y adaptarse mejor a los crecientes niveles de acidez.
“Creo que todo gira alrededor de reducir al máximo el estrés sobre estos ecosistemas,” comentó Nissen.
Para lograr esto, ella argumenta que un punto clave es la creación de más AMP. Estas áreas protegidas pueden asegurar que la vida oceánica esté protegida de algunas amenazas antropogénicas y como punto de comparación para los investigadores al estudiar los ecosistemas. Con suficiente protección, muchos organismos podrían llegar a ser capaces de adaptarse al aumento de acidez. Por ahora, solo el tiempo lo dirá.
—Nathaniel Scharping (@nathanielscharp), Escritor de ciencia
This translation by Mireya M. Montaño Orozco (@mireya_mmo) was made possible by a partnership with Planeteando and GeoLatinas. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando y GeoLatinas.